miércoles, 6 de agosto de 2008

ENTREVISTA DE ANTONIO BUITRAGO A JAVIER SABERIUS PARA R.N.E. Y R.E.E

-Javier, te agradecemos tu amable disposición por la concesión de esta entrevista. En principio nos gustaría que te presentaras como escritor y que nos hablaras de tu seudónimo:

-Gracias a vosotros… Bien, aunque quizás sea más conocida mi faceta como cineasta, realizador o escritor de libros cinematográficos, mi nombre es Javier Gutiérrez y, desde hace unos años, cuando había cierta confusión en los festivales cinematográficos, con profesionales del mundo del cine que poseían la misma identidad (al menos de nombre y apellido), decidí presentarme finalmente con el seudónimo de SABERIUS.
Éste, como todos sabemos, es Javier en latín, aunque originariamente se escribía con X (en lugar de la S inicial). Después, como muchos otros términos latinos, la X pudo terminar asimilándose a la S si este nombre no hubiera desaparecido, si hubiera seguido utilizándose… Pero entonces quizás volviéramos a coincidir varios con el mismo apodo y entonces tampoco serviría para identificarme… Por lo tanto, gracias a esta circunstancia de su singularidad, he podido adoptarlo como nombre artístico… Además, mi padre fue profesor de latín y, quizás en su honor, o como una forma de recuerdo familiar, elegí esta opción… A mi madre la tengo muy presente por innumerables razones, resultaría imposible resumirlas ahora. Entre otras cosas fue la primera que leyó el manuscrito encuadernado de SOCIEDAD LIMITADA y quien me comunicó las primeras y favorables impresiones, mediante la expresión: “La novela tiene “garra”… Afortunadamente no fue la única persona que opinó de esta forma...
También he optado por acuñar como nombre de escritor Javier Saberius atendiendo a su vez a una acertada sugerencia, como tantas otras, de mi hermana Gema, que además ha sido asesora de corrección en las sucesivas revisiones del texto.


-Nos han hablado de esta última novela tuya, SOCIEDAD LIMITADA, destacándola entre otras cosas por su originalidad. ¿Qué nos podrías comentar al respecto?

-En fin, quizás sorprenda inicialmente al lector por su estructura en cuatro partes, en lugar de la construcción tripartita a la que estamos acostumbrados por aquello de respetar el inicio, desarrollo y desenlace o conclusión… Esta estructura aristotélica (que en teatro es la de los tres actos) se mantiene en la primera, tercera y cuarta partes, pero la segunda es una especie de cul de sac donde se agrupan y concentran todos los personajes secundarios, que se presentan precisamente ahí porque, tras la exposición de los personajes protagonistas, son los que van a ir influyendo en los mismos para reconducir finalmente tanto sus existencias particulares como su destino común.
Este detalle de acumulación de secundarios es algo que jamás recuerdo haber leído antes, por lo tanto creí que podía incorporarlo como elemento novedoso...
Asimismo quise dotar a la novela de aspectos igualmente innovadores mediante una utilización especial de las personas narrativas. De esta forma la primera parte, titulada VIDAS PARALELAS, aparece narrada en tercera persona para que el lector pueda observar la historia descrita con cierta distancia, algo que se potencia aún más con la ironía que rezuma el texto y, sobre todo, con la descripción de existencias tan opuestas y discordantes como las de Renato y María, lo que exige una inmediata toma de conciencia social. La tercera parte está escrita sorprendentemente en primera persona. Y digo sorprendentemente porque se trata de los mismos personajes y es algo que, sin duda, puede extrañar al lector en un primer momento.
Este uso de la primera persona, junto al de los lugares comunes que aparecen detallados, ha llevado a muchos a preguntarse si se trata de una novela completamente autobiográfica. En este punto, y sin intención de defraudar a nadie, debo aclarar que aunque en realidad existan apuntes autobiográficos constatables hay una gran parte de recreación literaria que domina el contenido por encima de la mera exposición o reproducción de mis propios avatares.
Aunque en la novela pueden descifrarse códigos de diferentes géneros, los más presentes en ella, los que evoco consciente o inconscientemente, como pueden ser el naturalismo y la novela negra, utilizaban en muchas ocasiones la primera persona, un estilo narrativo que siempre he admirado, sobre todo en los relatos de este último género renovado que surge a finales de los años treinta para desarrollarse plenamente durante los años cuarenta: me refiero a la novelística cultivada por escritores como Dashiel Hammet, Raymond Chandler, James M. Cain y Horace McCoy, que reflejaban en sus novelas el sentir de su época con las dificultades existenciales y el clima de ambigüedad moral durante la Depresión Económica Norteamericana tras el crack bursátil de 1929. Los últimos autores que he mencionado quizás se hallen más próximos al naturalismo literario porque en sus novelas prevalecen elementos como el determinismo (evolutivo o ambiental) y el “fatum” o destino excesivamente marcado por los condicionantes sociales, el entorno, la rigidez de los códigos morales o la escasa permeabilidad del estamento social.
Con respecto al título originalmente se iba a titular MARY FILMS, S.L., pero me decidí finalmente por SOCIEDAD LIMITADA para mantener el doble sentido del mismo, aludiendo tanto a este tipo de sociedades empresariales (ya que la productora que constituye María con el nombre de Mary se trata de una Sociedad Limitada), como a esa parte de la sociedad más limitada por las convenciones, los prejuicios (sociales y de clase), la educación en la doble moral, etc…
Se trata del título que quizás pueda definir con mayor acierto todas y cada una de las motivaciones de la mayor parte de los personajes que aparecen. De alguna forma, casi todos ellos, con el deseo frustrado de pertenecer a esa Sociedad Limitada, acaban engullidos por todas esas limitaciones sociales que mencionaba…
Por último debo destacar mi creencia en el carácter lúdico de la literatura, no sólo con las connotaciones de provocar diversión en el lector, o puede que sí, aunque en el más amplio sentido de la palabra, es decir, que resulte entretenida y jocosa porque al mismo tiempo instruye, según la máxima de Píndaro “delectare et prodesse”, algo que procuro conservar tanto en las construcciones oracionales como en los significados del texto o en la combinación de los personajes, junto a las personas narrativas que acabo de comentar. Un juego que ya propusieran eminentes escritores como Julio Cortázar o Jorge Luis Borges, cada uno a su manera… Yo procuro conservar esta atmósfera de juego con el lector aunque en la novela se expongan asuntos y trasfondos de evidente realidad social. El juego es, por lo tanto, estructural y formal, antes que de contenido. Cortázar supo comprender como nadie estas técnicas para potenciar la actividad del lector y mantenerle siempre despierto… No quiero decir con ello que el lector se pueda dormir si la novela no propone este tipo de juegos, sino que es una forma de mantenerle alerta, en estado de concentración, y una de las mejores vías para ejercitar el pensamiento crítico, para asimilar los contenidos con prevención y lucidez… Mediante el humor y la ironía el lector se acerca al texto y al contenido con una mayor simpatía y en un estado de relajación propicio al diálogo con el autor y, por lo tanto, a su implicación activa y crítica… Los autores mencionados conocían esto muy bien... Y a la vez, el propio Cortazar analizaba en sus obras acontecimientos sociales de hondo calado…No en vano Cortázar es el escritor al que homenajeo en la cita inicial...

-Y hablando de géneros, ¿en cuáles enmarcarías tu novela?

Bueno, en realidad resulta complicado... Hay una parte de la crítica que la ha asociado o comparado con ese tipo de novela negra que se inscribe igualmente bajo los parámetros de la novela naturalista, a la que antes aludíamos, sobre todo si nos centramos en la prosa de James M. Cain, con míticas novelas como EL CARTERO SIEMPRE LLAMA DOS VECES, PACTO DE SANGRE, SERENATA, etc…, de las que se hicieron magníficas adaptaciones al cine. En el caso de PACTO DE SANGRE recordamos la legendaria versión de Billy Wilder titulada PERDICIÓN. Sus argumentos describían vidas entrelazadas en ocasiones por conveniencia y en otros casos por auténtico amor en las que uno de los personajes, o ambos, son capaces de arriesgar todo lo que en su vida han logrado para materializar esa relación. El primer significado del texto, el puramente argumental, quizás nos remita a este tipo de tramas características de los melodramas psicológicos próximos a Cain… Sin embargo es posible que en su trasfondo pueda latir con más fuerza el espíritu de Horace McCoy, capaz de perpetuar en sus novelas los brotes de naturalismo literario aparecidos en Norteamérica. El naturalismo, como todos sabemos, fue un movimiento que, aunque inicialmente nació Francia, se exportó a otros países, y tuvo su correlato en Estados Unidos de la mano de autores con la categoría de Stephen Crane, jovencísimo escritor de una emblemática novela pacifista, que incluso se puede considerar antibélica, o una apología de la deserción, como LA ROJA INSIGNIA DEL VALOR, cuyo protagonista decide huir del ejército por el pánico visceral que le produce el campo de batalla y acaba convertido paradójicamente en un héroe de la Guerra de Secesión, o MAGGIE, UNA CHICA DE LAS CALLES, crudísima parábola social ambientada en un Nueva York menos amable y fascinante de lo que la publicidad trataba de patrocinar; o de otros clásicos como LA LETRA ESCARLATA, de Nathaniel Hawthorne, que nos habla abiertamente de la doble moral, de sus injustos códigos de conducta y de sus consecuencias, o SISTER CARRIE, de Theodore Dreiser, en torno a la pérdida de la ingenuidad de un personaje procedente de la América Profunda. En las novelas de Norman Mailer o en los relatos de Raymond Carver también podemos rastrear esa atmósfera de lo que algunos bautizaron como “hiperrealismo” o “realismo sucio”, extensible incluso hasta la novela EL CAZADOR, de E.M. Corder, de la que se hizo una conocidísima y oscarizada versión cinematográfica dirigida por Michael Cimino. Bukowski eligió existencias más extremas, pero ha habido otros autores de los ochenta y noventa, como David Leavitt, o sobre todo Paul Auster, que han comprendido con sus admirables novelas tanto la propuesta de los juegos narrativos con el lector, como la necesidad de recurrir al componente social o a los condicionantes de los personajes en sus novelas…
El mencionado Horace McCoy fue capaz de retratar, desde muy joven, el auténtico panorama social que se vivía durante la Depresión en escalofriantes novelas como ¿ACASO NO MATAN A LOS CABALLOS?, censurada en su momento por su crudeza expositiva y que tiempo después, en los años sesenta, adaptaría notablemente Sidney Pollack en un filme aquí conocido como DANZAD, DANZAD, MALDITOS. McCoy tiene otra novela titulada DEBERÍA HABERME QUEDADO EN CASA que se tradujo como LUCES DE HOLLYWOOD y que detallaba las penosas condiciones de vida de numerosos emigrantes rurales hacia la meca del cine para lograr un trabajo de figurante que nunca llegaría… Mientras tanto, por el camino, serían utilizados e incluso acosados por magnates y estrellas decadentes...En fin, hablábamos de géneros literarios y si no queremos perdernos en divagaciones, quizás lo más pertinente al respecto sea decir que ésta novela se encuentra a medio camino entre el naturalismo literario y la novela negra. Pero no hay que olvidar que la propia divagación forma parte de la materia literaria…


-¿Qué más homenajes existen en tu novela?

Ante todo existe un evidente homenaje al cine independiente. Podemos equipararlo a lo que ocurre con la Historia, mejor dicho, con las múltiples historias tradicionalmente consideradas como menores, que componen el mosaico de la verdadera Historia y que habitualmente no aparecen recogidas en los libros de historia oficiales, o en los registros de la consabida Historia Oficial (y no estoy tratando de hacer un juego de palabras).
Al igual que en la literatura (respecto a lo que se publica, cómo se edita, presenta y distribuye la obra), la historia del cine está repleta de grandes talentos y de joyas cinematográficas que nunca llegan a estrenarse, de obras que, al carecer de la difusión adecuada o de un tratamiento preferente por los condicionantes que sean (a causa de diversos tipos de censura –de régimen, institucional, de exhibición-, por hallarse lejos de las tendencias predominantes, del interés de la crítica, del espectador o de las productoras, o de todos al mismo tiempo), perecen antes incluso de que el espectador tenga acceso a ellas…
De la misma forma que nos acercamos en ocasiones a las bibliotecas o a Internet para satisfacer nuestra curiosidad, el instinto lector, o para emprender una concienzuda investigación con respecto a determinados autores o temas, sus obras, biografías y técnicas literarias, o todo lo que nos ha interesado y apenas hemos tenido oportunidad de conocer lo suficiente, así deberíamos acercarnos a la filmoteca, o a la red, para descubrir talentos que en ocasiones nos han sido escamoteados por los intereses a los que sirve la publicidad… Y reclamar o recuperar estas obras sería una forma de ejercer nuestra conciencia crítica, de reivindicar parte de nuestra historia individual, de la misma forma que el escritor, o el artista, lo hacen con su propia obra, de una manera creativa... El público también puede expresarse, si lo desea, de una forma activa, por medio de esta reivindicación…
Y es que las estrategias publicitarias siempre han operado en contra de los autores independientes, tanto si se trata de escritores como de cineastas, relegándolos en muchas ocasiones al olvido, y la responsabilidad de redescubrirlos en realidad ejercita, fortalece y acrecienta esta conciencia crítica, haciendo subsistir, al mismo tiempo, tanto a escritores como a cineastas independientes, permitiendo a su vez la existencia de sus imaginativas e innovadoras propuestas. Y esta originalidad no sólo aparece en los argumentos, sino también en el estilo literario, en la estructura, o en la estética cinematográfica. La recuperación de la estética cinematográfica es una de las labores quizá menos comprendidas desde la llegada de la imagen virtual o del mundo digital a la esfera fílmica y sin embargo es lo que más ha emparentado al cine con las Bellas Artes, lo que le hizo ganar el reconocimiento como Séptimo Arte. Esta postura crítica y reivindicativa en torno a las manifestaciones artísticas ante el mundo es sin duda lo que más nos acerca al hecho de sentirnos vivos…
En SOCIEDAD LIMITADA los protagonistas, Renato y María, están relacionados directamente con el mundo del cine. El personaje de Renato sin duda puede ser un trasunto del cine comercial, dirigido al espectador juvenil, con argumentos maniqueos y una existencia egocéntrica, omnipresente y avasalladora, cuyas producciones están programadas para triunfar desde la propia línea de salida, avaladas por exorbitadas campañas de marketing y un “merchandising” que hace multiplicar sin medida los beneficios de sus inversiones, aunque el propio autor sea el último beneficiario de estas estrategias comerciales… (Si no se convierte rápidamente en productor o coproductor). En el personaje de María se podría reconocer en cambio al cine de autor.
Se trata de un personaje maduro, como sus argumentos y propuestas, de vuelta de casi todo, que había sido en su juventud una realizadora de prestigio y ahora debe recuperar parte de su gloria pasada si quiere sobrevivir y que su obra se conserve y permanezca en el tiempo.
La novela propone que en alguna ocasión un Renato, es decir, este tipo de cine o, mejor dicho, sus productores, pueden enamorarse del cine independiente, o de María, y mantener igualmente a su hija, curiosamente llamada Felicidad. También nos habla de la suerte o futuro que este amor podría correr si se halla sujeto a las consideraciones de todos los que rodean a Renato, es decir, a todos los intereses creados, reflejados aquí en las ambiciones que hay en juego (dentro del mundo real serían los intereses serviles a las grandes productoras que sólo creen en el cine como una forma más de negocio).
Pero en realidad la novela posee diferentes lecturas: hay una primera lectura más directa y rápida, que puede ser también la más “comercial”, entendido este término como de “fácil consumo y digestión”. Sin duda el nivel argumental y la división en partes y capítulos breves facilita la linealidad, a pesar de esa segunda parte que podría ralentizar la acción, pero que he decidido introducir por motivos igualmente lúdicos y afines a la innovación. Esa rápida sucesión de acontecimientos favorece la comprensión lectora inicial. Ahora bien: si la releemos o nos detenemos atentamente en su lectura podemos descubrir aspectos como el de esa ironía implícita con la que se describe al personaje de Renato, con resonancias a Thackeray o Waugh, aunque siempre con una elaboración muy personal. Esta nos lleva desde el principio a señalar la existencia de Renato como insultante al lado de las sentidas y honestas descripciones del vapuleado personaje de María. Sin embargo esta exposición inicial de Renato, junto a la exhibición elegíaca de esas descripciones fastuosas, prolijas en epítetos y sentencias hiperbólicas, constituye un primer mensaje de alerta enviado al lector, a partir del cual debe acercarse a su historia aún con mayor cautela, comprendiendo cómo la existencia aparentemente tan dichosa de Renato puede tratarse en realidad de un montaje, de un conjunto de fuegos de artificio que quizás ni él mismo esté controlando, y haciéndole ver cómo el personaje de María, tan próximo a la destrucción y al olvido, posee todavía los recursos más valiosos con los que todo ser humano puede contar y, lo que es más importante, comienza a ser consciente de ellos. Estos son la lucha por la supervivencia y el uso de la imaginación. Con ambos casi todo es posible…
Los personajes secundarios parecen actuar como meros comparsas o figurantes, aunque tampoco nos debemos engañar: la presencia de cada uno de ellos es crucial con respecto a la evolución sentimental de los protagonistas, las opiniones vertidas pueden modificar sustancialmente su periplo y sus actitudes influyen poderosamente en el desenlace argumental. Si bien no hay grandes antagonistas, con la excepción del personaje de Julio, el exmarido de María, del que recibe ataques directos pero que ante la presencia de Renato va desapareciendo, sí existen enemigos declarados como Patxi y Santi, a través de cuyos tejemanejes pueden llegar a crear una tupida red de oponentes con la intención de destruir y dilapidar el proyecto de Renato y María; o Chimo, que lucha por destituir a Renato de un estrellato que él mismo considera fatuo para ocupar su puesto en el mismo momento de su abdicación.
Desde entonces cada párrafo, cada personaje y cada parte de la novela puede dar un vuelco a todo lo anterior... Y desprovistos de las coordenadas para analizar el terreno que pisamos, se pueden multiplicar sus lecturas casi como en un juego de espejos...
También hay que tener en cuenta las diferentes estructuras que recorren la novela: las construcciones simétricas, presentes desde el inicio en las presentaciones paralelas de Renato y María, su convergencia y final; esta doble presentación o binomio también puede derivar de la enriquecedora influencia del cine en la novela contemporánea. Teniendo en cuenta esta influencia recíproca, para su transposición a imágenes podríamos utilizar desde recursos como el montaje paralelo hasta el plano partido… Otra estructura sería la de “auge y caída” de los personajes, la de las cuatro partes, o pilares sobre los que se asienta una superestructura o trama empresarial superior que tan sólo se sugiere, pero que es deficitaria de infraestructuras. Esto puede ser lo que estén poniendo en marcha, sin darse cuenta del todo, Renato y María… Existe igualmente una serie de retrocesos y saltos temporales, que en cine reconocemos como flashbacks. Si bien el personaje de Renato aparece descrito en un presente inmediato, en el de María abundan las referencias hacia el pasado y sobre todo incide en la importancia de recuperarlo para poder sobrevivir en su profesión. Esta lucha por su recuperación del pretérito crea en el lector la ilusión de habitar en su futuro, incluso de predecirlo… Por lo tanto también está presente el juego cronológico…
Con respecto a los homenajes de los que hablabas en la novela pervive, por supuesto, y como ya hemos indicado y recalcado, la esencia de la mencionada novela negra de los años cuarenta, que difiere notablemente, tal y como Chandler expuso en sus libros teóricos, de la novela policíaca tradicional, pero también se pueden percibir aromas de la novela de intriga y suspense.
Los efluvios naturalistas son ineludibles y verificables en cuanto a la dosificación de los recursos descriptivos relativos a los personajes y a sus peripecias, el apego a una realidad social de candente actualidad, la reconstrucción no sólo caligráfica sino casi fotográfica de determinados oficios y profesiones cinematográficas, o de la puesta en marcha de una productora independiente, la presencia de lugares comunes y, junto a todo ello, el poso filosófico que recorre la novela resulta afín al existencialismo y a veces incluso al nihilismo… Aunque los personajes tratan de sobreponerse al mismo…
Me gustaría destacar entre otros el evidente homenaje que realizo con respecto a los proyectos heroicos, cinematográficos o literarios, que de forma autónoma y en ocasiones con escasos presupuestos se realizan cada año en nuestro país y en otras latitudes y que no son reconocidos como debieran. La novela está dedicada a todos los que han hecho posible que mantengamos encendido ese rayo de esperanza.
Por supuesto, el argumento y la sucesión de los acontecimientos se encuentran recubriéndola como una pátina, como un envoltorio que presenta y expone los ingredientes necesarios para producir una cómoda digestión en el lector que acude a ella en busca de una novela de género, aunque después también puede producir, o eso espero, un cierto retrogusto en los paladares de quienes se acerquen al texto con la intención de hallar otras significaciones y alcances de diversa índole.


-¿Qué autores recomendarías a los lectores?

Realmente es una de las preguntas más difíciles de responder. He intentado glosarlos en mi blog y casi siempre la memoria es traicionera a la hora de elaborar esta lista. Aparte de los mencionados recomendaría, por ejemplo, entre los autores más clásicos, a los filósofos polifacéticos como Platón, Aristóteles y Tomás Moro, junto a obras como La República, o Utopía, pasando por Luciano y sus Sátiras, por Dante, Ludovico Ariosto, Kepler, Godwin, Swedemborg hasta Da Vinci, Darwin y Voltaire, escritores y poetas castellanos clásicos como Cervantes, Quevedo, Góngora, Bécquer, Larra, García Lorca, Antonio Machado, Miguel de Unamuno, Miguel Hernández, Rafael Alberti, Vicente Aleixandre, Leopoldo Panero, también Dámaso Alonso, Luis Cernuda, Blas de Otero y actuales como Miguel Ángel González, José Ángel Valente, Luís García Montero, Antonio Gamoneda, Luís Alberto de Cuenca, Leopoldo María Panero, etc…
También de nuestro país a escritores contemporáneos como Antonio Muñoz Molina, Manuel Vázquez Montalbán, Juan Madrid, Ricardo Muñoz Suay y Eduardo Mendoza, por su apasionado romance con la novela negra y la admirable renovación de un género demasiado recordado por su recurrencia a la fórmula, y éste último además merece un comentario aparte…
Pero quizás todavía más relevantes para la configuración de nuestra literatura hayan sido otros como Pío Baroja, Valle-Inclán, Torcuato Luca de Tena, Francisco Umbral, Ana María Matute, Ramón J. Sender, José Mará Gironella, Jesús Torbado, Jorge Semprún, Mercedes Salisachs, Juan Marsé, Juan Benet, Jesús Fernández Santos, Francisco González Ledesma, Juan Antonio Vallejo-Nágera, Terenci Moix, Gonzalo Torrente Ballester, Fernán Caballero, Caballero Bonald, Álvaro Pombo, Antonio Gala, Camilo José Cela, Sánchez Dragó, etc...
De entre los actuales me fascinan Manuel Rivas, Almudena Grandes, Soledad Puértolas, Juan José Millás, Julio Llamazares, Lucía Etxebarria, Espido Freire, Juan Cruz, Alberto Méndez, Juan Manuel de Prada, Carmen Posadas, Rosa Regàs, Maruja Torres, Bryce Echenique, Antonio Skármeta, Roberto Bolaño, capaces todos ellos de hacernos seguir soñando con el pálpito de la literatura viva y realista, de sublimar y enaltecer el arte literario en lo cotidiano, o de retratar con insólita lucidez la esencia de la naturaleza humana en nuestra época.
También autores latinoamericanos como Jorge Luis Borges, por su escritura única y el asombroso manejo de la paradoja, Alejo Carpentier, por su cuidado estilo barroco, con un admirable derroche de léxico e imaginación, Gabriel García Márquez, por lo extraordinario de su narrativa y el abrazo de la realidad con la leyenda, Mario Vargas Llosa, por el interés de sus historias y la corrección entre la forma y sus contenidos, Pablo Neruda, Octavio Paz, Mario Benedetti…
Clásicos universales como William Shakespeare, Charles Dickens, Fedor Dostoievsky, Leon Tolstoi, Anton P. Chejov, Nicolai Gógol, Stendhal, Emile Zola, Honoré de Balzac, los hermanos Goncourt, Guy de Maupassant, Gustave Flaubert, Marcel Proust, Victor Hugo, Thomas Mann, Heinrich Böll, Herman Hesse, Boris Vian, Milan Kundera, Alberto Moravia, Kafka, Geoffrey Chaucer, Daniel Defoe, Jonathan Swift, Oscar Wilde, Laurence Sterne, D.H. Lawrence, Emily y Charlotte Brontë, W.M. Thackeray, Jane Austen, R.L. Stevenson, Edgar Allan Poe, H.P. Lovecraft, Mark Twain, Joseph Conard, Nathaniel Hawthorne, Henry David Thoreau, Elizabeth Gaskell, junto a otros contemporáneos como James Joyce, Virginia Woolf, Fowles, Harold Pinter, Rudyard Kipling, Djuna Barnes, Beckett, Vladimir Nabokov, William Faulkner, Ernest Hemingway, Scott Fitzgerald, John Steinbeck, John Dos Passos, James T. Farell, Frank Norris, Jack London, Nathanael West, Thomas Wolfe, Graham Greene, Truman Capote, Jack Kerouac, William Burroughs, Evelyn Waugh, Lawrence Durrell, Gerald Durrell, Turkington, Stephen Vizinczey, Patrick Süskind, Kennedy Toole, May Sinclair, Tom Wolfe, Paulo Coelho, Noah Chomsky… También a dramaturgos como Bernard Shaw, Eugene O’Neill, Tennesee Williams, Arthur Miller, Strindberg, Pater, y en nuestro país, aparte del mencionado Lorca, recomendaría a Buero Vallejo, Alfonso Sastre, Marsillach, Sergi Belbel… Sin olvidar a escritores y poetas cineastas como Vachel Lindsay, Jean Cocteau, Margerite Duras, Alain Robbe-Grillet, André Gide, etc...
Además de los mencionados Chandler, Hammet, Cain y McCoy, y teniendo presentes las aportaciones de Conan Doyle o Agatha Christie, que son más conocidos por la novela tradicional de detectives o novela-enigma, recomendaría también a otros escritores de novela negra de la llamada primera hornada como Raoul Whitfield, William Riley Burnett, Paul Cain (no confundir con James M. Cain), Cornel Woolrich, Norbert Davis, Frederick Nebel.
De la segunda hornada de novela negra sugiero la lectura de la obra de Chester Himes, John y Ross McDonald, Dorothy B. Hughes, Jim Thompson, William Peter McGivern, Donald Westlake, Carroll John Daly, Richard Sale, George Harmon Coxe, Earle Staley Gardner, Georges Simenon, Alistar MacLean y otros más actuales como Margaret Millar, Marc Behm, Lawrence Block, Fred Vargas, Henning Mankell, Elmore Leonard, Hernández Luna, Donna Leon, Martín Solares, Benjamin Black, etc…
Otros poetas universales dignos de recomendación a mi entender serían Pessoa, Walt Whitman, Carl Sandburg, Allen Gingsberg, Sylvia Plath, etc….
Igualmente fundamentales considero a autores de ciencia ficción como Julio Verne, H.G. Wells, George Orwell, Aldous Huxley, Yevgueni Zamiatin, Edward Bellamy, Edgard Rice Borroughs, Karel Kapek, William Olaf Stapledon, A. E. van Vogt, Robert A. Heinlein, Isaac Asimov, Theodore Sturgeon, James Blish, Ray Bradbury, Arthur C. Clarke, Frederick Pohl, Alfred Bester, Philip K. Dick, Ursula K. Le Guin, John Brunner, D. G. Compton, Stanislaw Lem.
Hay otra rama de la ciencia-ficción conocida como la nueva ola, con autores más reivindicativos o socialmente comprometidos como James Graham Ballard, Michael Moorcock, Brial Aldiss, Harry Harrison, Robert Zelazny, Harlan Ellison, Norman Spinrad, Philip Joseph Farmer o Kurt Vonnegut.
También individualidades como Samuel R. Delaney, Thomas M. Disco, Joanna Russ, K. Vonnegut Jr., John Barth, Thomas Pynchon, Anthony Burgess, Robert Silverberg.
De entre los best-sellers destacaría a Stephen King, Michael Crichton, John Le Carré, Dominicque Lapierre, J.R.R. Tolkien y Michael Ende. Y de entre los escritores de relatos por entregas a Hugo Gernsback, E.E. Smith, Stanley G. Weibaum y John W. Campbell. La mayoría de los primeros autores de novela negra también lo fueron. Y tanto los escritores de relatos, como los de textos de comics y guionistas forman una estirpe a tener en cuenta en los tiempos que corren…
Al recomendar las novelas de Eduardo Mendoza contesto en parte a la pregunta anterior. ¿Por qué?. Por ejemplo, ¿con qué género asociaríamos a una novela como LA VERDAD SOBRE EL CASO SAVOLTA?, cuando en realidad se trata de una novela que al mismo tiempo refleja e ironiza sobre los géneros literarios, a través del pastiche…
Además era un ejemplo de sátira total, ya que lograba plasmarla incluso en los nombres de los personajes. Precisamente ésta marcada ironía, rayana en la sátira o en el sarcasmo, con la que describo la ascensión de Renato, no deja de constituir una especie de pastiche que plantea una reflexión sobre el propio género literario y sobre el refrito genérico del que se sirve una buena parte de la novela actual. El resto de las obras posteriores de Mendoza se inscriben en otros géneros diversos sobre los que, además, continúa ironizando. Y decide tocarlos prácticamente todos: el género histórico, la ciencia-ficción, la novela sentimental, la sátira social, la comedia, el vaudevil, el teatro.
Al igual que ocurría con Shakespeare, creo que un autor completo debería ejercitarse en un gran número de géneros, es decir, su corpus novelístico debería incluir un amplio marco para que su obra no pueda ser reducida por las etiquetas genéricas. Yo mismo tengo escritas novelas de casi todos los géneros. Se trata de un corpus novelístico que fui elaborando desde muy joven y que ha fraguado una considerable obra inédita, la cual confío en que se pueda ir publicando gradualmente…
Pero aunque los primeros análisis y presentaciones son necesarios para su descubrimiento, quizás no sea yo el más indicado para hablar de mi obra. Una vez que se publica, o lo que es lo mismo, una vez que se hace pública, creo que su valoración es un cometido que debe llevar a cabo la crítica literaria.


-¿Y qué nos puedes avanzar sobre estas obras?

Pocos lo saben, pero SOCIEDAD LIMITADA se trata, en realidad, de una novela escrita hace diez años que ahora ha encontrado editorial. Forma parte, además de una trilogía que estoy concluyendo. Al resto de las obras escritas con las que he procurado tocar un amplio rango genérico el lector se puede asomar a través de mi blog, que también cumple las funciones de página Web: www.saberius.blogspot.com, en el apartado de SABERIUS FICCIÓN y, dentro de éste, en NOVELA.
Hay toda una saga de novelas adscritas al género negro con títulos como: LA ÚLTIMA DESPEDIDA DE PERFECTO HILARIO, DIÁLOGOS: UN TESTIMONIO DE NUESTRO TIEMPO, UNA INSÓLITA COMPAÑÍA ENTRE BRUMAS DEL PASADO, etc…, escritas en mis primeros años universitarios, antes de los veinte años.
También tengo escritas novelas sociales y naturalistas como LA EVASIÓN, EL ALARIDO, EL COMERCIAL, SOCIEDAD LIMITADA, redactadas entre la adolescencia y juventud. Ésta última, que es la que nos ocupa, en un primer momento se iba titular MARY FILMS, S.L., y también podría ser considerada como novela sentimental, al igual que ELLAS, pergeñada en la misma época.
Hace poco he terminado una novela de ciencia-ficción con ribetes históricos (porque se juega mucho con diferentes épocas tanto del pasado como del futuro), que se titula ASTURICENSES, una novela intimista bajo el título RETRATO DE FAMILIA, obras de teatro como EL ÚNICO DELITO, que es una alegoría sobre los escritores de minorías, o EL ESPÍRITU DE NIVELLE, un drama histórico pacifista que ha sido representado y filmado, etc…
Asimismo tengo libros de relatos como CINCO HISTORIAS DE HUMOR NEGRO Y UNA CANCIÓN DESESPERANZADA, un título que homenajea a otro de Neruda, y cuyos relatos he leído en público en diversas ocasiones. Alguno de ellos también lo he transformado en guión y después lo he adaptado al cine.
He elaborado un volumen cada vez más grueso de composiciones poéticas que di en llamar POESÍA INCOMPLETA, puesto que se halla en constante renovación, es una especie de “work in progress” (disculpen el anglicismo), u obra en proceso, o en construcción, y un tipo de poesía que podría definirse como de “fin du siécle” (excusen el galicismo), con títulos como EL ESPEJO, EL TIEMPO, DESDE EL ACANTILADO, VACÍO DE SABIDURÍA, RECUERDOS DESDE PETRA, VOLVERÁS A MATIORA, etc.
De una etapa muy temprana conservo otros relatos breves encadenados como PUERTAS o LA EXTRAÑA VISITA, que fueron escritos antes de los diez años, junto a relatos largos como KILÓMETRO CERO, o LA ÚLTIMA ESCAPADA, novelas juveniles de suspense como AVENTURAS EN LA LAGUNA PERDIDA, LA LEYENDA DE LA CABEZA EGIPCIA, LA CIUDAD DE VERDEL, ALASKA, etc…, o dramas como LA MUERTE DE AIZAL, escritas estas últimas entre los diez y los trece años. Pero es curioso que haya terminado hablando precisamente de mi obra más prematura...


-¿Y tu obra cinematográfica tanto realizada como escrita?

He adaptado a la modalidad de guión cinematográfico numerosos relatos o novelas propias y viceversa, es decir, he llegado a convertir en novelas algunos guiones propios, aunque esto procuro hacerlo en menos ocasiones, sobre todo porque resulta más complejo, o porque puede ser el resultado de un guión con el que no hubiera quedado del todo satisfecho.
Todos mis cortometrajes se filmaron partiendo de un guión previo, aunque también debo decir que el guión de mi ópera prima como director en el campo del largometraje, titulada TRAS LA VERDAD SOBRE KIKE, fue escrito al mismo tiempo que tenía lugar su realización y montaje, ya que partió de un documental inicial y después se hicieron recreaciones en platós con actores para transformarlo en un docudrama de largo metraje. Podríamos decir que cumple la doble función de guión y cuaderno de bitácora, es decir, la versión definitiva fue la que reflejaba el montaje final...
Sin embargo el largometraje MARTA O LA DULCE VIDA posee un guión muy elaborado, tanto en los diálogos como en las acotaciones descriptivas, que incluso se fue modificando a medida que avanzaba su metraje con numerosos añadidos... La experiencia con estos guiones recuerda, por tanto, a la época del neorrealismo italiano, con la que me identifico plenamente...


-Si SOCIEDAD LIMITADA se trata de una novela escrita hace tanto tiempo ¿has modificado o perfeccionado durante todos estos años su contenido?

-En absoluto. Tan sólo procuré trabajar más a fondo lo referente a las consabidas revisiones ortográficas y de comprensión objetiva del texto: cohesión y coherencia. Como decía Quintiliano: “Eligat ex omnibus optima”.
En mi escritura siempre tengo diversas fases. En una primera escribo la novela casi de un tirón, lo que no suele llevarme más de un mes. Después procuro leer la novela de forma más objetiva, ya que a veces me implico demasiado con cada uno de los personajes hasta el punto de que los árboles de sus peripecias no dejan ver con claridad el bosque argumental, y finalmente procuro que cada uno de sus párrafos y diálogos posean la lógica adecuada para que un lector que se acerca por primera vez al texto pueda comprenderlo en sus diferentes niveles de lectura...


-¿Por qué te has decidido por escribir en castellano?

En principio considero al castellano como la lengua madre, en todos sus sentidos…
Se trata de mi lengua materna y además es una de las lenguas más utilizadas por millones de hispanohablantes, con lo cual existe una retroalimentación muy poderosa y permanente. Los institutos Cervantes presentes en más países cada vez, están haciendo una labor encomiable con el castellano, un idioma de innegable tradición junto a la diversidad lingüística que representan sus dialectos autonómicos o las lenguas con las que convive en nuestro país.
Al igual que tenemos un patrimonio artístico que debe ser conservado, de igual forma opino que deberíamos hacer todo lo que pudiéramos por preservar nuestra lengua frente al avance, por ejemplo, de ese sinfín de vocablos o términos importados del inglés, sobre todo a través de la informática, o en una creciente diversidad de campos semánticos, jergas o lenguajes específicos. Por otra parte también me apasiona la traducción en otros idiomas. Lo cortés no quita lo valiente...
Creo que cada idioma merece el respeto que le ha otorgado su propia tradición y el desarrollo de su sintaxis y terminología, que forma parte de la evolución de un pueblo, o de países con características similares, o de una determinada sociedad, es al mismo tiempo lo que les une y lo que les puede diferenciar... Ahora bien, siempre he admirado la capacidad que el castellano detenta para encumbrarse, más que ningún otro, como un idioma sin fronteras.